Disfruta del sol con prudencia! Cómo equilibrar la vitamina D con la protección de la piel

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Soak up the sun, wisely! How to balance Vitamin D with skin protection

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18/3/2025

A veces, necesitas más que un puñado de sol. Quizás, dos.

Lo cierto es que el sol no solo ilumina tu día o te inspira canciones alegres, sino que es un pilar fundamental del bienestar físico y mental. ¿Impulsa la producción de vitamina D en tu cuerpo? Listo. ¿Mejorar tu estado de ánimo? Completamente. ¿Apoya las funciones biológicas vitales? Sin duda. Sin embargo, en una época de estilos de vida en interiores y rutinas con un alto consumo de FPS, donde persiste la confusión sobre cuánta luz solar es suficiente, es hora de explicar por qué el sol sigue siendo esencial. Entonces, ¿qué lo hace tan vital?

La conexión con la vitamina D: Por qué la luz solar es irremplazable

La médica dubái Niyati Ahuja lo explica: la vitamina D, a menudo conocida como la vitamina del sol, se sintetiza en la piel cuando se expone a los rayos ultravioleta B (UVB). “Es necesaria para la absorción de calcio, la salud ósea, la función inmunitaria y la salud cardiovascular”, explica.

Sin la cantidad adecuada de vitamina D, el cuerpo tiene dificultades para absorber el calcio de forma eficiente, lo que provoca huesos debilitados y un mayor riesgo de osteoporosis. Esto es especialmente preocupante para quienes corren el riesgo de sufrir fracturas, como los adultos mayores y las mujeres posmenopáusicas, señala Ahuja. Pero los beneficios de la vitamina D van mucho más allá de la salud ósea: desempeña un papel crucial en la modulación del sistema inmunitario, la reducción de la inflamación e incluso el apoyo a la función cardíaca.

Las investigaciones lo confirman: estudios han vinculado unos niveles adecuados de vitamina D con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Un estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism sugiere que las deficiencias pueden contribuir a la hipertensión y otros problemas cardíacos.

Incluso la salud ósea depende en gran medida de la exposición solar. Una investigación publicada en The American Journal of Clinical Nutrition destaca que las personas con una exposición solar adecuada tienden a tener huesos más fuertes y una menor incidencia de fracturas en comparación con quienes tienen deficiencias de vitamina D.

En resumen, las consecuencias de la deficiencia de vitamina D son de gran alcance; no se trata solo de la osteoporosis. Los niveles bajos se han relacionado con un sistema inmunitario debilitado, un mayor riesgo de enfermedades crónicas e incluso trastornos del estado de ánimo como la depresión. La luz solar, literalmente, fomenta el bienestar.

 

 

Beneficios para la salud mental: La conexión entre la luz solar y la serotonina

Disfrutar de la luz solar, aunque sea por unos segundos, tiene un efecto innegablemente relajante. El cambio de humor es casi inmediato; quizás por eso se suele asociar la luz solar con alegría, calidez y buen humor.

Como explican Ahuja y Elisabeth Harlow, médicas holísticas con sede en Abu Dabi, más allá de sus ventajas fisiológicas, la luz solar tiene un profundo impacto en nuestro estado de ánimo. «Cuando nos exponemos a la luz natural, se activa la serotonina, un neurotransmisor que promueve sentimientos de bienestar y felicidad», afirma Harlow.

Un estudio de 2020 publicado en The Lancet Psychiatry reveló que las personas que pasaban más tiempo expuestas a la luz solar natural presentaban tasas más bajas de ansiedad y depresión. Esto explica por qué el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una forma de depresión que se presenta durante los meses más oscuros, suele tratarse con fototerapia para simular la exposición a la luz solar.

Además, pasar tiempo bajo la luz solar ayuda a regular la producción de melatonina, la hormona responsable de los ciclos de sueño, añade Harlow. Un estudio de 2014 publicado en Sleep Health reveló que los trabajadores de oficina con mayor acceso a la luz natural tenían una mejor calidad de sueño y reducían la fatiga diurna en comparación con quienes se encontraban en entornos con luz artificial.

La luz solar y el apoyo al sistema inmunitario

La exposición al sol no solo mejora el estado de ánimo, sino que también fortalece el sistema inmunitario. Ahuja añade: “Ayuda a modular la respuesta inmunitaria, ayudando al cuerpo a combatir infecciones y reducir la inflamación. Es especialmente relevante dada la creciente prevalencia de enfermedades autoinmunes e infecciones virales frecuentes”.

¿Cuánta luz solar es suficiente?

Como explican Harlow y Ahuja, la cantidad de exposición solar necesaria varía según factores como el tipo de piel, la ubicación y la época del año. Generalmente, se recomienda exponerse al sol al mediodía de 10 a 30 minutos sobre la piel desnuda, como brazos, piernas o rostro, varias veces a la semana para mantener niveles saludables de vitamina D. Sin embargo, las pieles más oscuras requieren una exposición ligeramente más prolongada debido a sus altos niveles de melanina, que reducen la absorción de rayos UVB.

Para quienes viven en regiones con poca luz solar, las fuentes dietéticas como el pescado azul, los productos lácteos fortificados y los suplementos pueden ayudar a mantener niveles adecuados de vitamina D, pero es posible que no repliquen completamente los beneficios de la exposición solar directa.

Equilibrar la exposición solar y la protección solar

Aquí es donde la cosa se complica. Si bien la luz solar es esencial, la sobreexposición a los rayos UV aumenta el riesgo de cáncer de piel y envejecimiento prematuro. La clave es la moderación: la exposición breve al sol sin protector solar es beneficiosa, pero la exposición prolongada debe controlarse con protección FPS y sombra. Ahuja agrega: «Los estudios sugieren que usar protector solar con un FPS de 15 o superior permite la síntesis de vitamina D, a la vez que reduce los daños de los rayos UV. · Recuerda:

  • La exposición breve sin protector solar es beneficiosa, pero el tiempo prolongado al aire libre debe controlarse con un FPS 15+ para prevenir daños en la piel.
  • La exposición al sol por la mañana o al final de la tarde puede ser una alternativa más segura si los rayos UV son demasiado intensos al mediodía.
  • Usa gafas de sol con protección UV para proteger tus ojos del sol excesivo. Usa ropa ligera con protección UV y un sombrero de ala ancha si permaneces al aire libre durante un tiempo prolongado.

En definitiva: Aprovecha el sol con prudencia.

Disfruta del sol, sí, como cantaba Sheryl Crow, pero hazlo con prudencia.

De hecho, la luz solar es un aliado natural y poderoso para mantener la salud general, ya que ayuda a nuestro cuerpo a producir vitamina D, mejora nuestro estado de ánimo, regula el sueño y refuerza el sistema inmunitario. En un mundo donde el tiempo frente a las pantallas y la vida en interiores son más comunes que nunca, hacer un esfuerzo consciente para absorber la luz solar natural, incluso en pequeñas dosis, puede tener beneficios duraderos tanto para el cuerpo como para la mente. Así que, sal, respira hondo y deja que el sol haga su magia, pero no… olvídarse del equilibrio entre exposición y protección.